Soñé contigo anoche,
era tu sonrisa desbordante la que iluminó mi rostro de vida,
tu mirada chispeando alegría, contagiaba mis ojos, inundándolos
con extrañas notas de alegría y melancolía,
Eras tú, había deseado tanto verte y estabas al frente,
tocando a mi puerta, con ese semblante varonil, lleno de picardía.
Eras tú y mis piernas temblaban junto a mis labios,
por no saber nada que decir.
Y es que había ensayado tantas veces qué decir y qué hacer,
si te volviera a ver,
que simplemente enmudecí de repente al tenerte al frente,
y mis ojos lloraron al ver tu rostro sonriente, lleno de vida,
que despareció de repente, esfumándose en la noche,
que me hizo volver aquí,
despertar sonriente,
porque te tuve en mis brazos de repente,
en algún buen sueño,
del que nunca debí despertar.
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